La Fundación Frondizi en la asociación croata en Argentina

12 de Julio de 2015.

Estimados miembros de la Asociación Croata en Argentina

Gracias por invitarnos.

La FUNDACION CENTRO DE ESTUDIOS PRESIDENTE ARTURO FRONDIZI, es una entidad civil, sin fines de lucro, sin subsidios estatales, sostenida por amigos y personas vinculadas a la misma; y trata de recoger el ideario de FRONDIZI y FRIGERIO, para el desarrollo nacional y la integración del país.

Estamos entregando a ustedes material de la Fundación, y donando para vuestra biblioteca un ejemplar de DISCURSOS (4 tomos) que contiene todas las alocuciones del Presidente Arturo Frondizi, formulados durante la campaña que lo llevó a la primera magistratura, como los que dio en su condición de Presidente de los Argentinos, en sus cuatro años de acción progresista, que pusieron al país en el camino del «desarrollo» para todos los argentinos y para su integración, insertándonos en el mundo moderno.

Quiero referirme en especial a la primera alocución del estadista, producida el 1 de mayo de 1958, pues la misma tiene aun hoy vigencia, ya que en este medio siglo la Argentina, ha involucionado, sigue siendo un país subdesarrollado en su conjunto, queda casi todo por hacer, se han perdido oportunidades excepcionales, como los valores altos de los comodities y las tasas internacionales baja de interés, y nos debatimos hoy en una sociedad fragmentada, lo que es triste y lamentable.

El Doctor Frondizi propuso al país un proyecto que perseguía superar las falsas contradicciones que entonces dividían a los argentinos y encaminar las energías nacionales en una dirección de desarrollo pleno, tanto en lo que hace a la base geográfica y productiva como a la incorporación de tecnología o a favorecer las expresiones del genio y la creatividad nacionales. Contó con el respaldo de su partido y el aporte de lo que se conoció como “la usina”, equipo dirigido por Rogelio Frigerio, que  elaboraba las acciones especificas para resolver los que previamente se habían identificado como “problemas nacionales”, que requerían soluciones imaginativas y permitía crear una plataforma de creciente solidez para sostener una conveniencia fructífera. “Un programa para veinte millones de argentinos” como anunció el presidente.

En el discurso del 1 de mayo de 1958, el Doctor Arturo Frondizi, nos decía que era menester lograr el “reencuentro de los argentinos” para marchar todos juntos.
Fijaba las “bases políticas del desarrollo nacional” y para ello conceptualizaba la importancia del “estado de derecho”, manteniendo como centro de la acción “al hombre como ser sagrado”, y apuntando a que el gobierno se nutriera de “federalismo y vida municipal”.
En cuanto a las “bases económicas del desarrollo nacional” el presidente planteaba la necesidad de ordenar el gasto público, para hacerlo eficiente, asumía el problema de la balanza de pagos, -que recibió en estado crítico-, y ponía en el centro de la cuestión el problema inflacionario que sería atacado con los planes de desarrollo y una política monetaria y fiscal muy estricta.
Arturo Frondizi nos decía que había que tener “fe en el país” y en el pueblo, para lo que llamaba a que todos los argentinos nos uniéramos en pos de objetivos nacionales.
También con meridiana claridad, en esa primera alocución, planteaba los males de la burocracia, que generaban y generan enormes y no siempre registradas pérdidas competitivas.
Con estas palabras del inicio de la gestión del Presidente Frondizi, que es bueno repasar, planteaba “las condiciones básicas del desarrollo económico”, donde el objetivo fundamental de la política económica, es el “desarrollo nacional”.
Nos decía que para poner en marcha tan interesante programa debe haber un “clima de tranquilidad, seguridad y estabilidad”. Puntualizaba que es esencial el establecimiento “del orden jurídico y de una justicia independiente”. Deben existir, enfatizaba, “programas de largo alcance”, para acotar: “la inestabilidad y los cambios de orientación oficial desalientan a los hombres de empresa”, para redondear el tema, puntualizando que “si no puede haber previsión tampoco habrá inversión”. Y sin inversiones productivas y realizadoras, el sistema económico languidece y declina el bienestar de la población”.
El presidente señalaba además, y con particular énfasis, que deben proponerse “objetivos realizables” y no “aventuras teóricas”, para dar soluciones concretas a problemas concretos”, sin ejercer desde el Poder Ejecutivo atribuciones económicas “arbitrariamente”
Al encarar el tema de “fines y medios del desarrollo económico” Frondizi definió claramente los ejes centrales:  a) política exterior, b) la política financiera, c) las inversiones extranjeras , d) la política energética, e) la siderurgia nacional.
Más adelante se refiere específicamente al agro, a su vinculación con la industria, y no a la antinomia de estos sectores, lo que hoy llamamos agroindustria.
Al hablar de la “función económica del estado” nos decía el presidente, que la elevación del nivel de vida significará una ampliación del mercado interno, y ponderaba la necesidad de la “integración latinoamericana”.
Respecto a las “bases sociales para el desarrollo nacional”, el estadista, hizo referencia precisamente al problema del costo de vida, a la democracia sindical y a la responsabilidad de todos los sectores.
En cuanto a las bases culturales del desarrollo nacional, fijó con claridad la necesidad de una política educacional, y la plena vigencia de los valores morales, que aseguren progresivamente el bienestar social de la población.
En ese mismo discurso enfatizó en que las fuerzas armadas estaban  para cumplir con las normas constitucionales, y  al servicio del desarrollo nacional.
Destacó que la argentina debía integrarse en el mundo, y marcar rumbos con su política internacional, comerciar con todas las naciones de la tierra, sin discriminaciones y no inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, enfatizando en que el comercio es vínculo de unión entre los pueblos.
Finalmente al señalar que la Argentina debía ponerse “en marcha hacia el futuro”, recalcó que aguardaba una intensa tarea, en la que se debían sumar todos los argentinos.
Pues bien señores, todo un plan, la vista en el horizonte y el porvenir para conseguirlo todos, con esfuerzo y trabajo, cumpliendo etapas necesarias y coherentemente establecidas.
No es un plan que pueda tener vigencia plena en la actualidad, pues han pasado cincuenta años, desde que fue derrocado el gobierno desarrollista, aunque debemos reconocer que muchas reflexiones y planteamientos contenidos en esa propuesta pueden inspirar acciones generosas y propuestas de largo plazo
Debemos si rescatar la metodología, que inspiró aquella gestión, y que cada vez es más admitida como su verdadero legado, que trasciende en el tiempo. Ella consistía con  identificar descarnadamente los desafíos que debían afrontarse y proponer soluciones que movilizaran  la inversión productiva o sumaran voluntades para consolidar la paz social y auspiciar la participación democracia.
Para no perder impulso y que la inercia burocrática combinada con intereses contrarios al desarrollo lograran frustrar el plan, Frondizi contó con el apoyo del grupo que dirigía Frigerio, que trabajó al comienzo de la gestión dentro del propio equipo de la Presidencia de la Nación y luego desde afuera, sin dejar de insuflarle ese “estilo” que surgía de la metodología que estamos destacando: replanteando permanentemente las cuestiones esenciales, fijando prioridades, eligiendo los instrumentos idóneos que permitían aplicar soluciones eficaces.
Como lo expresó el propio Doctor Frondizi, cuando acepto su candidatura presidencial en 1956 “hay que ir a buscar los problemas en el fondo de la realidad argentina, allí donde los problemas existen. Hay que estudiarlos en los libros, pero además hay que tomarlos con las manos, sentirnos, hay que ir a renovar las propias energías en ese fondo de la sociedad argentina que quiere ver una realización”.
Para citar un solo ejemplo, en momento de crisis energética, en el mundo y en el país, se emprendió la batalla del petróleo y en escasos cuatro años, el país se autoabasteció de petróleo, triplicando su producción, y se cuadruplicó la producción de gas, con un crecimiento aun mayor de las reservas.
Lo esencial de la “batalla del petróleo” fue justamente identificar que había que sacar el petróleo que teníamos en el subsuelo, y que el instrumento para lograrlo con el ritmo que se requería, tenía que convocar la colaboración del capital extranjero mediante contratos de explotación. Así, YPF duplicó la producción propia y, sumándole el resultado de aquellos contratos triplicó la producción nacional que permitió alcanzar el autoabastecimiento.
Cuando nos referimos al pasado, y recordemos que ya ha transcurrido más de medio siglo, podemos tener diferentes actitudes:  el buen recuerdo,  la queja,  la referencia para corregir el error,  la pesadilla por lo que no se hizo,  mirar la experiencia, para mejorar, corregir y proyectarse, la melancolía de lo que fue, … y quizás podría seguir con esta enumeración. Pero lo cierto, es que hay una realidad, y es que  no nos hemos desarrollado plenamente como Nación, y que se verifica como bien se ha dicho ese estigma de que “el subdesarrollo está en la mente” más que en los sistemas, o en las estructuras, o en los diversos condicionamientos, que a veces aparecen como excusas de lo que no fue.
Pensamos que podemos nutrirnos de esas ideas, pero también de la “conducta” de un hombre, un patriota, que dio todo por su Nación, por su País, y asumir que esas ideas y su acción, son un ejemplo útil del futuro.

Este joven Presidente trabajó con la obsesión y la angustia de lo impostergable por la unidad nacional, la reconciliación de los argentinos, la comprensión entre los pueblos, la inserción de la Argentina en el mundo, el desarrollo pleno y justo de las fuerzas productivas, por generar confianza en el Estado, en el porvenir, por retener a los argentinos y sumarlos con entusiasmo en el proyecto común de su grandeza espiritual y material, y por atraer a todos los hombre y mujeres de buena voluntad que quisieran venir a participar del desafío

Aún hay mucho, muchísimo, por hacer,  todos estamos en deuda con la Patria.
Nuevamente agradezco a Ustedes la invitación, en nombre de la Fundación.
Estamos a vuestra disposición.

FUNDACIÓN CENTRO DE ESTUDIOS PRESIDENTE ARTURO FRONDIZI

Hugo Jorge Carassai
  – Presidente

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