Posdesarrollismo

* Por Eduardo De Simone.

El 2 de mayo se publicó el artículo «La era del posdesarrollismo», del arquitecto Fernando Diez. Al margen de la «admiración y no poco respeto» que manifiesta el autor por Frondizi y Frigerio y de los pergaminos alcanzados en su profesión, la «vaga referencia al desarrollismo de buena parte del oficialismo y la oposición» constituye una aseveración alejada de la realidad. El siglo XX fue el tiempo de afirmación de las nacionalidades, y el posterior intento de «globalización acorde con las ventajas comparativas» transita el antiguo sendero de la división internacional del trabajo. Así, aparecieron nuevos países o antiguos con nuevas denominaciones, que no son naciones, sino simples factorías. De ahí que en el siglo XXI se reafirma el concepto de Nación. Basta mencionar el Brexit, los panoramas electorales en Europa, la sustitución de importaciones en los EE.UU. En este caso se obliga a firmas automotrices norteamericanas a producir en el país y no cruzando la frontera. Es decir, el Estado no es un eufemismo, sino un ente con su pueblo que requiere trabajo, educación, futuro. Además, el lenguaje usado en la nota es ajeno a la teoría y práctica desarrollista. No son sinónimos crecimiento y desarrollo. Uno es cuantitativo y el otro cualitativo. La competitividad no excluye la cooperación. Las tres cuartas partes del comercio internacional se realiza entre naciones desarrolladas.

Hoy nadie duda de que Frondizi es el estadista silenciado. Por eso, vocablos como posmodernidad, posverdad y posdesarrollismo son engañosos y pueden llevar a inferir que nos encontramos ante el ensayo de un «entierro de lujo» del desarrollo. Aunque no sea ésa la intención de la nota. Sobre todo, porque como reconoce el autor, no hay un modelo que lo pueda sustituir. De no ser así, que los comentaristas de economía expliquen el 4% de inflación y el déficit fiscal de 1% el último año de gestión, dólar fijo, superávit comercial, plena ocupación, eliminación de 300.000 puestos públicos, etc. Sería interesante averiguar las causas del derrocamiento de Frondizi y la carencia de explicaciones de quienes lo cometieron. Incluso sus pedidos de disculpas.

Eduardo Lorenzo De Simone

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